Con pena y sin gloria....

Así se podría definir el torneo Apertura que luego de éste fin de semana ya habrá terminado; el Apertura que nos deja con un vacío profundo y que nos hace dudar en la recuperación, que en éste punto sería milagrosa. Dicho torneo se vá con un nuevo "campeón de pelotón", que es verdad, se destacó, pero en un fútbol mediocre y "sin sal ni azucar".
Un torneo que nos pone de frente con la crísis que siempre estuvo ahí y se había opacado con el buen desempeño y el injusto final del Uruguayo pasado. Capaz que si hubieramos ganado todos los partidos no habría lugar para mencionar la palabra "crísis", pero la realidad es otra y Peñarol sigue sumergido en la amargante mediocridad, a la que nunca se tenía ni que haber acercado. Es un momento súper delicado, un momento muy similar al Junio de 2006, cuando apareció Don Gregorio y con la templanza que lo caracteríza tomó la olla hirviendo y la puso en el congelador. A partir de ahí todos pensamos que volvíamos a resurgir, pero la alegría duró poco y hoy, Diciembre de 2007, una año después de haber ganado un clásico 4-1 y seis meses después de haber ganado otro por 3-0 nos encotramos manejando por la ruta que todavía tiene las marcas de las llantas frescas con fecha 2004-2005. El tema hoy en día es saber cambiar de rumbo, agarrar por un desvío, dar una vuelta en U y cambiar de marcha. Pero ésta vez no tenemos al "bombero" que nos venga a rescatar....