A lo macho...a lo Peñarol...

42 años atrás se jugaba la tercera final de la Copa Libertadores de América y los protagonístas eran los hasta aquel punto clubes hermanos River Plate y Peñarol. A esa final se había llegado luego de una victoria carbonera en el Centenario y otra millonaria en el Monumental; el lugar para el desempate, como siempre, era el Nacional de Santiago de Chile y River, cuadro de pibes había movido sus influencias en la Confederación para que el partido se jugase a 48 horas de la segunda final. Peñarol, con un desgaste tremendo partió rumbo al país trasandino a jugar la definitiva final.
El partido no arrancó bien para los mirasoles, nos fuimos al descanso perdiendo 2-0 con goles de Onega y Solari, todo estaba dado para que River se llevara la copa y así lo sentían sus jugadores dentro del campo, especialmente Amadeo Carrizo que pasado de confianza y seguridad cuando promediaban los 5' minutos del segundo tiempo paró una pelota impulsada por Spencer con el pecho y señaló hacia la mísma. Como el dicho, "le salió el tiro por la culata", despertó al león de América y en una arremetida sin precendentes Peñarol empata el partido con goles de Spencer y Abbadie, vamos al alargue. Para ese momento el conjunto de Roque Máspoli estaba, usando una palabra totalmente fuera de contexto, "on fire", y Spencer lo confirmó al minuto 101' poniendo el 3 a 2 y devolviéndole el favor al pobre Amadeo, "allá está la pelota, parala con el pecho" le dijo señalando al fondo de la red. Otro histórico puso el 4 a 2, Juan Joya y Peñarol, el león de América, el protagonísta de las más singificativas y emotivas definiciones de la Libertadores se coronaba como el 1º tricampeón de éste continente.

Así formó Peñarol aquella histórica tarde: Mazurkiewicz, Lescano, Díaz, Forlán, Gonçálvez, Caetano, Abbadie, Cortés, Spencer, Rocha y Joya.

Luego de ese partido, fue en un cotejo contra Banfield que River, recibe el calificativo de "gallinas", 17 años antes Naciomal lo recibió también a manos de Peñarol.

Gracias a todos los protagonístas por contribuir para que el Club Atlético Peñarol sea hoy, un gigante del fútbol mundial.